Durante el siglo XIII surge, junto al popular y espontáneo arte juglaresco, un nuevo estilo de más cuidada perfección: el Mester de Clerecía. Los clérigos inicial una amplia producción encaminada a difundir entre los iletrados una cultura que había permanecido encerrada en las bibliotecas de los monasterios.
Movidos por un afán de enseñanza, transcriben contenidos de los códices latinos a verso castellano. Intentan respetar la tradición escrita cuidando las formas otorgando una regularidad métrica hasta el momento desconocida en la literatura española.
Características del mester de clerecía
- La métrica: el metro utilizado es el cuarteto monorrimo, llamado también cuaderna vía, estrofa de cuatro versos alejandrinos, de catorce sílabas, con una sola rima consonante. Es un metro de origen francés.
- El lenguaje: presenta a veces un tono más familiar para intentar hacer llegar al pueblo leyendas e historias que éste desconoce. Sin embargo, al utilizar como fuente la lengua latina, aparecen numerosos latinismos.
- Los temas: suelen tener un carácter religioso o cultural con leyendas devotas, vidas de santos o relatos de origen clásico.
El propósito del mester de clerecía es popularizar la cultura, por lo que son recitados por juglares ante el pueblo iletrado en las plazas de la ciudad, por lo que no se puede separar completamente el arte juglaresco y el clerical, aunque sí se advierten diferencias por el fin educativo del relato y la regularidad de la métrica.
Poemas conservados del mester de clerecía
Las obras del siglo XIII del mester de clerecía agrupan el Libro de Apolonio, el Libro de Alexandre, el Poema de Fernán González y las obras de Gonzalo de Berceo.
Gonzalo de Berceo
Gonzalo de Berceo es el primer poeta castellano de nombre conocido, aunque no se conoce mucho sobre su vida en el siglo XIII. Fue durante muchos años clérigo secular en el monasterio de San Millán en La Rioja.
Toda la producción de Gonzalo de Berceo tiene carácter religioso. Escribió tres vidas de santos, dos poemas dedicados a la Virgen, tres composiciones religiosas de asunto variado y tradujo tres himnos litúrgicos. Junto a ello, su obra capital es Los milagros de Nuestra Señora.
Los milagros de nuestra señora
Los milagros de Nuestra Señora consta de 25 narraciones. En su introducción alegórica, el poeta se presenta como un romero descansado en un delicioso prado. La romería simboliza el camino de la vida y el prado, la Virgen cuya bondad ofrece alivio al dolor de los devotos. Los 25 relatos que siguen a continuación narran, por lo general, milagros realizados por la Virgen en favor de sus devotos, bien para salvar su alma, bien para ayudarles en algún trance apurado.
Las obras de Berceo demuestran que el autor tenía una extensa cultura religiosa y un gran dominio de la lengua, situándolo dentro de la poesía culta de su tiempo. Pese a ello, su inspiración y su estilo se hallan muy cerca del arte popular haciendo llegar al pueblo las leyendas religiosas. Para ello, imitaba en ocasiones recursos característicos de los juglares. No le falta a veces cierta intención humorística conociendo que la comicidad constituía un recurso eficaz para atraer la atención de la gente. Es este realismo ingenuo que mezcla lo culto con lo popular y local, está la originalidad de Berceo.
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Siglo XIV: un giro en el Mester de Clerecía
En el siglo XIV empieza a advertirse la presencia de una nueva clase burguesa junto al sector caballeresco y eclesiástico. Esto impulsa una literatura de tono realista y satírico. Para esta clase social, la astucia y el dinero están por encima de la virtud y del esfuerzo heroico, aunque en el caso de la burguesía castellana, no se alcanza el grado de refinamiento y de lujo que tendrá en otros países europeos, ya que la artesanía y el comercio se encuentran desempeñados en gran parte por árabes y judíos. Durante este siglo, entra en decadencia la literatura científica anterior impulsada por Alfonso X, empieza a descomponerse la cuaderna vía y los cantares de gesta y comienza la influencia del humanismo italiano.En torno al Mester de Clerecía, aparecen nuevas combinaciones métricas. Además, se abandona el tema épico y surge una inspiración didáctico satírica que se advertirá en la obra de Juan Ruiz, arcipreste de Huta.
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita
Aunque el dato no está confirmado, parece que Juan Ruiz nació en Alcalá de Henares. Desempeñó el cargo de arcipreste de Hita (Guadalajara). En unos versos suyos se advierte que estuvo preso durante trece años por orden del arzobispo de Toledo. Según se recoge en su obra, debió llevar una vida movida y desordenada frecuentando la compañía de "judías e moras", además de ser jovial y de vitalidad exuberante.El Libro de buen amor
El Libro de buen amor es una obra de Juan Ruiz de la que se conservan más de 1.700 estrofas en las que late una intención doctrinal. Se puede dividir en:
- Episodios narrativos
- Larga serie de aventuras en forma autobiográfica donde el autor cuenta con desenfado sus supuestas andanzas amorosas.
- "Exemplos", fábulas o apólogos.
- La graciosa historia de don Melón y doña Endrina ayudados en sus amores por la vieja Trotaconventos.
- Varios fragmentos alegóricos, entre los que destaca la batalla de don Carnal y doña Cuaresma respaldados por sus ejércitos.
- Disgresiones didácticas de tipo moral o satírico
- Morales como las censuras contra los pecados capitales.
- Satíricas como el elogio de "las dueñas chicas".
- Composiciones líricas en diversos metros: desde las de carácter religioso dedicadas a la Virgen hasta los profanos cantares para ciegos y escolares.
Casi todo el libro responde a un propósito doctrinal, pero se advierte además una intención didáctica al servicio de la moral eclesiástica con un anhelo de placeres terrenos. El arcipreste acata la moral, pero fustiga lo condenado por la misma en la línea de la mentalidad burguesa. De hecho, se puede interpretar que lo religioso es a veces utilizado con fines profanos generando en ocasiones un efecto desconcertante.
El estilo del arcipreste de Hita es el más rico y pintoresco de toda la literatura medieval, según Américo Castro. Por su agilidad, rapidez y por la exuberancia de léxico, su lenguaje supone un formidable avance respecto al utilizado por los poetas del siglo XIII. La presencia de refranes y modismos populares contribuye a producir una impresión de habla familiar.
En la obra, el arcipreste de Hita se confirma además como uno de los mejores humoristas de la literatura española. Sus certeras y agudas observaciones muestran el espíritu burlón de la sociedad burguesa de la época.
Pero con Juan Ruiz, el juglar y el clérigo llegan a fundirse por completo suponiendo la cubre de la juglaría lírica en castellano. Se destacan las cánticas de serrana o las composiciones dedicadas a la Virgen.
Con el Libro de buen amor, el arcipreste de Hita se corona como el más alto poeta de la literatura medieval en castellano y el primero en quien se da plenamente un estilo personal.
Otras obras del siglo XIV
Otros poemas del Mester de Clerecía de la época son el Poema de Yusuf, redactado en caracteres arábigos y el Libro de Miseria de Omne, que por su metro representa la última evolución del género en un momento de decadencia y que pone de relieve las miserias de la vida humana, siendo la antítesis del Libro de buen amor.
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