La Guerra Civil generará una división en la Literatura española y en la novela, ya que un importante grupo de escritores partidarios de la República, se exilian, y otros se mantendrán defendiendo los intereses del bando nacional. Entre los exiliados, que expondrán el desarraigo y la nostalgia en su obra, destacarán Ramón J. Sender, Max Aub, Francisco Ayala o Rosa Chacel. Uno de los más activos será Ramón J. Sender, que pasaría de actitudes más revolucionarias hasta una novela de corte histórico y autobiográfico. Dedicaría espacio a la Guerra Civil en su saga Crónica del alba, compuesta por nueve libros. Otra obra narrativa de carácter autobiográfico que se lleva a cabo desde el exilio y que muestra un conflicto, en este caso la guerra contra Marruecos y el golpe de Estado de Primo de Rivera, es La forja de un rebelde, de Arturo Barea.
Años 40
Los novelistas de esta década no tienen acceso a las tendencias europeas y se impone una novela triunfalista que exalta el régimen. Sin embargo, hay una novela que rompe este panorama. Se trata de La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela, que en 1941 abre el camino de la narrativa existencial donde se muestran problemas sociales y políticos, aunque nunca afrontados directamente por la actuación de la censura. Autores como Carmen Laforet, Miguel Delibes o Gonzalo Torrente Ballester participarán de esta tendencia. La creación en 1945 del Premio Nadal supondrá un espaldarazo para muchos de estos escritores. De hecho, su primera ganadora será Carmen Laforet con la obra Nada, enmarcada en la Barcelona de la Posguerra y la llegada a la ciudad de una joven procedente de un entorno rural. La división que vive el propio país se sufre en el mismo seno familiar.
Años 50
Una nueva generación de escritores se suma a los anteriores para escribir una novela más abiertamente social. El tema central de las novelas son los conflictos sociales, con un estilo coloquial en contextos reconocibles por el lector. El cambio lo inicial La colmena, de Camilo José Cela, en 1952 y atraviesa dos etapas:
- Enfoques personales, cercanos a la novela existencial anterior con Ana María Matute, Ignacio Aldecoa y Rafael Sánchez Ferlosio.
- Carácter más social y hasta político: López Pacheco y López Salinas.
Las novela más significativa de esta etapa es El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio, una novela que desarrolla una jornada de un domingo de verano junto al río con las vivencias de un grupo de jóvenes y de las gentes de una de las ventas del lugar. La novela está formada por diálogo casi en su totalidad con técnicas muy objetivas. Otro de los libros destacados es Entre visillos, de Carmen Martín Gaite, donde se muestra la vida de las jóvenes casaderas de una ciudad de provincias.
Años 60
La narrativa española se abre definitivamente a la tendencia europea, haciéndose más experimental con un lenguaje más literario. Los autores juegan con los puntos de vista, la estructura, la acción y los personajes. Se producen varios impactos como los provocados por Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos, donde un joven médico destinado a la investigación del cáncer se ve envuelto en una muerte en una chabola de un suburbio de Madrid. Su autor, que solo escribió esta novela, muestra una narrativa inédita hasta el momento en España. Otros títulos importantes son Señas de identidad, de Juan Goytisolo y Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes.
Creo que hay un error en el nombre de un autor. Sería Ramón J.Sender en vez de Raul J.Sender. Un saludo!
ResponderEliminarHay una errata, en lugar de Raúl, es Ramón J. Sender.
ResponderEliminarGracias por indicarlo, ya está corregido en el texto. Un saludo.
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